La custodia compartida supone una distribución equitativa de tiempo para que los hijos estén en compañía del padre y de la madre.
Además de un reparto de tiempos, este tipo de custodia implica una distribución de las responsabilidades de cuidado de los menores. Ello incluye alimentación, vestido, asistencia al centro escolar, actividades extraescolares, las actividades deportivas, la socialización de los menores, las visitas al médico y cualquier otra que realicen los hijos.